sábado, 20 de febrero de 2016

«Buscando llaves para… cerraduras ausentes»


Buscando llaves para… cerraduras ausentes es el título del libro de Diana Maura, antropónimo alternativo de la voz creadora de Mª Ángeles Marcos Alonso.
Este poemario es un recorrido literario por la frontera entre el sentimiento y la razón, un paseo por los límites entre el sueño y la realidad.
El título, e incluso la imagen de la portada, preparan al lector para adentrarse ("buscando") activamente en la obra e indagar las claves de los mecanismos especulativos y líricos que permitan obtener respuestas al lance que Diana Maura nos plantea. 
Ella misma se va a encargar de presentarnos el reto en la primera página:

Nos pasamos la vida buscando llaves
para cerraduras ausentes. Puede que
ésa sea la verdadera razón de nuestra
existencia, o puede que sea sólo una
distracción para aquello que es irreme-
diable.

Son múltiples las propuestas que nos va a sugerir Diana Maura, en cuanto a la forma –estrofas, citas, avisos, aforismos, notas– y variados los contenidos a los que el lector se ha de enfrentar, dominando sobre todo las reflexiones personales:


Hay muchas palabras en los silencios...

El camino de la vida
conduce a un destino irremediable,
sería suicida regodearse en ello,
no hay huida posible.
                                              (De "Búsqueda".)

Vivo un letargo infinito
que me desacredita humana,
en una nube profunda de abandono.
                                              (De "A veces... soy nadie".)

los anhelos:

Volemos juntos,
sin darnos la mano
sin ataduras complejas
sin darnos la mano.
                                              (De "Volemos".)

Y tanto tiempo
llevan los senderos
borrados por rastrojos...
que ya no encuentro
el camino de regreso.
                                         (De "Y es ya tanto el tiempo / que llevan tapiadas / las
                                           ventanas...".)

Bésame
sin romperme,
como murmullo de río
que se acerca,
terciopelo y seda,
brisa...
                                              (De "Bésame".)

y los recuerdos:

Y fuimos canto
y fuimos
un para siempre.
                                              (De "Nosotros...".)

Regrésame en notas alegres
de recuerdo plácidos,
en una sinfonía que recupere
todos aquellos besos
de nuestras noches
y todas las palabras
de aquellos días.
                                                 (De "Resucítame en recuerdos".)

Y yo,
que te mostré mis alas...
me deshago ahora en vuelo de paloma,
en un mensaje efímero
de aquello que fui
y...
que tan pronto enterraste.
                                                                  (De "Y yo,...".)

Por si el receptor se ha olvidado del fin último del poemario, la voz poética le recuerda, hacia mitad de la obra, su situación:

¡Estoy aquí!
... buscando llaves
para cerraduras ausentes...

Mientras tanto, nos vamos dando cuenta de que amor (Hacedores de sueños, / tú y yo / jugando a ser dioses.) y desamor (Tu amor, / que no era tal, / se despertó en odios...) aparecen reiterativamente entre las páginas del libro. Y las preguntas que quedan en el aire son: ¿cuál es la llave del amor? ¿En qué cerradura está el desamor? Posiblemente, la solución se encuentre en el poema "Libre":

Te quiero libre siempre,
sin cadenas,
sin yugos agónicos,
sin avaricias desgastadas,
sin imposiciones mundanas. [...]
Te quiero libre...
siempre,
¡más libre que mío!

A pesar de que los textos de Diana Maura mantienen una tónica intimista y personal, parecen trascender hacia una lírica enigmática, metafórica, donde es el lector el que pone forma y nombre a lo que va apareciendo ante sus ojos. Esto ocurre en el poema "Libre" anteriormente citado. Una primera lectura lleva a pensar en un amor ideal, una pareja deseada... pero, al releer, puede interpretarse como la pretensión de una amistad perfecta e, incluso, como una reflexión en voz alta en la que el alter ego anhela lo mejor para su otro yo.
Esto mismo ocurre con "La bestia", donde las lecturas pueden tener varias alternativas, o en el siguiente poema:

Bebiste de mis raíces desprotegidas,
sangraste mi savia adormecida,
meciste mis ramas con tu música,
abrigaste mis nidos con tu aliento.
¡Cómo olvidarte ahora!

Otra característica de la obra de Diana Maura es la disminución absoluta del yo, la búsqueda de extremos opuestos donde ya no hay desnudez sino ausencia o plenitud total:

Yo era Nada
y tú...
Tú eras Nadie,
aunque lo fuésemos Todo.
                                              (De "Nada y Nadie".)

Todo mi yo se vacía en el todo,
y el todo me envuelve
y me invade,
confundida y vertida en el,
a veces... soy nadie.
                                               (De "A veces... soy nadie".)

Y lo soy todo...
habiendo sido nada.
                                               (De "Sus manos".)

Y ya no queda tiempo...
ningún tiempo, por llenar.
                                               (De "Ya es muy tarde".)

Nunca sabes
si es huida
o una ida
sin retorno...

                                               (De "Hay un vacío de olvido".)

Esta reducción a la indeterminación, a lo indefinido, a lo absoluto es recurrente en toda la obra de Diana Maura, al igual que la noche, una noche de insomnio y desvelos (Noche fría, infinita en plegarias, / noche de ausencias y duelos, / en que a tientas tropiezo... / con los ataúdes en hilera / de mis sueños.) (Hay un vacío de olvido / que te acompaña en la noche), anochecer de miedos y misterios donde todo pierde valor... hasta las palabras. acabará diciendo: La noche se ha tatuado a mi espalda... 

Una vez que se llega al último poema, "Búsqueda", nos damos cuenta de que la indagación ha llegado a un punto donde todo ha cambiado. La voz poética no es la misma, ni el lector, pues "Irás y volverás, / pero ya no serás el mismo, sino otro...". Nos percataremos de que la vida es una búsqueda constante de llaves (de razones para vivir y para olvidar) que abren o cierran las cerraduras del paso del tiempo, las razones de ser, de existir y de vivir, o los candados del amor y del desamor...

Finalizo esta reseña incluyendo un poema que considero como un autorretrato de una gran belleza lírica:

Viaje interior

Me repliego en mis adentros
sin cobardías,
me aspiro en fragancias
propias
en las que me reconozco.

Mujer salvaje,
espíritu libre,
renovado y firme.

Bebo de la copa
de los instintos olvidados,
apuro el tiempo,
reparando las velas
preparo el viaje.

Me repliego en mis adentros
sin confundirme,
me reinvento en formas.

Pies desnudos.

Me repliego en mis adentros
y dejo, por fin, de olvidarme.