martes, 8 de marzo de 2016

Día de la poeta trabajadora

Para celebrar el día internacional de la mujer trabajadora... !!!GLORIA FUERTES!!!


La foto está hecha en las famosas Tertulias Literarias Hispanoamericanas «Rafael Montesinos», hace veinte años...

Y este es uno de los numerosos autorretratos de Gloria Fuertes:

Gloria Fuertes nació en Madrid
a los dos días de edad,
pues fue muy laborioso el parto de mi madre
que si se descuida muere por vivirme.
A los tres años ya sabía leer
y a los seis ya sabía mis labores.
Yo era buena y delgada,
alta y algo enferma.
A los nueve años me pilló un carro
y a los catorce me pilló la guerra;
A los quince se murió mi madre, se fue cuando más falta me hacía.
Aprendí a regatear en las tiendas
y a ir a los pueblos por zanahorias.
Por entonces empecé con los amores,
-no digo nombres-,
gracias a eso, pude sobrellevar
mi juventud de barrio.
Quise ir a la guerra, para pararla,
pero me detuvieron a mitad del camino.
Luego me salió una oficina,
donde trabajo como si fuera tonta,
-pero Dios y el botones saben que no lo soy-.
Escribo por las noches
y voy al campo mucho.
Todos los míos han muerto hace años
y estoy más sola que yo misma.
He publicado versos en todos los calendarios,
escribo en un periódico de niños,
y quiero comprarme a plazos una flor natural
como las que le dan a Pemán algunas veces.

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Mis aportaciones a la celebración:





CHISTES DE AMOR A CINCO DUROS          



Siempre anclada en la edad
trasgresora de los cincuenta
que otorga la delgadez enfermiza
y los malos cuidados
lenitivos de la vida difícil,
aparecía, ave nocturna,
la aprendiz de haijin de los
chistes de amor a cinco duros.
Sucedía en Madrid, años setenta,
a la salida de los cines.
Ella, descendiente de Diógenes,
pregonaba su mercancía
escrita en papeles arrancados
a un cuaderno
con mensajes
unas veces ininteligibles,
otras absurdos,
siempre zafios.

Eran otros tiempos.

Hoy nos cuentan
chistes de amor
por cinco minutos
de anuncios publicitarios
de espera
en programas televisivos
con un neorrealismo
cateto
unas veces ininteligibles,
otras, absurdos;
siempre zafios.